Muchas personas tienden a huir de los créditos. Existe la tendencia a pensar que solicitar un crédito es símbolo de falta de dinero e incluso es un tema vergonzoso. Sin embargo, es todo lo contrario.

No todo el mundo tiene el privilegio de tener acceso al crédito. Normalmente, cuando se solicita un crédito es para completar una cantidad de dinero, el que tengas el acceso a uno, habla muy bien del manejo que haces de la finanzas de tu empresa o de tus finanzas personales.

Se le presta dinero a las personas que pueden mostrar hacer un uso racional del mismo, que tienen capacidad de pago y que honran el acuerdo.

¡No es una raya!, todo lo contrario: es una gran ventaja, es un beneficio, del que no todos gozan. Saber que tienes acceso a un crédito, te permite ir un paso más allá, el crédito puede acercarte a tus objetivos y sueños. Te da la posibilidad de tener liquidez para ejecutar proyectos o resolver algún imprevisto. 

¡Eso sí! Una vez que solicitas uno, debes incluir las cuotas a las que te has comprometido a pagar en tu presupuesto mensual y procurar pagarlo de manera puntual para evitar la variación del monto mensual comprometido por los  intereses que se generan con el retraso.

Es importante tener en cuenta que una vez que logras que te presten dinero, debes cuidarlo y pagarlo puntualmente. Si así lo haces, vas a ver cómo va a ir creciendo tu historial y eso te dará acceso a cantidades mayores. Si es un crédito personal, nunca comprometas más del 30% de tus ingresos.

Cuida tu crédito y paga puntual, no pagues más por retrasos y evita caer en mora.